NO, JAYNE MANSFIELD NO PERDIÓ LA CABEZA EN EL ACCIDENTE QUE LA MATÓ

Jayne Mansfield, la copia de Marilyn Monroe que tuvo su propia fama ‘sexy’

Jayne Mansfield, la icónica actriz y símbolo sexual de finales de los cincuenta y principios de los sesenta del siglo XX, una copia descarada de Marilyn Monroe, mucho más exuberante todavía (si eso es posible), encontró su trágico final en un accidente automovilístico el 29 de junio de 1967. Conocida por su belleza exagerada y su estilo provocativo, Mansfield cautivó a audiencias tanto en la pantalla grande como en la vida pública. Su repentina muerte a los 34 años no solo marcó el fin de una carrera prometedora, sino que también resonó como un recordatorio de los peligros de la fama y la vida en el ojo público.

Mansfield junto a su Lincoln Continental Mark III del 58

Trayectoria y ascenso a la fama

Nacida el 19 de abril de 1933 en Bryn Mawr (Pensilvania, Estados Unidos), como Vera Jayne Palmer, Mansfield demostró desde joven un talento excepcional y una belleza que no pasaba desapercibida. Su camino hacia Hollywood comenzó a finales de la década de los cincuenta, donde rápidamente se destacó no solo por su físico voluptuoso, sino también por su habilidad para la comedia y el drama.

Tráiler de ‘The Girl Can’t Help It’, con Little Richard y Jayne Mansfield

Su mayor éxito llegó con «The Girl Can’t Help It» (1957), una comedia musical dirigida a acrecentar la efímera fama de Mansfield, que resultó un tremendo éxito por su mezcla de sensualidad y, sobre todo, la mejor música de la época dorada del rock’n’roll, con la presencia en el film de pesos pesados de la música como Little Richard, Fats Domino, The Platters, Gene Vincent o Eddie Cochran (quien murió poco después en otro accidente de tráfico). Esta fue la película que catapultó a Jayne la fama, convirtiéndola en un nuevo ícono sexual del cine contemporáneo, en la misma línea pero a la sombra de Marilyn Monroe. A lo largo de su carrera protagonizó numerosas películas y se ganó la reputación de ser una de las mujeres más fotografiadas y reconocibles del mundo por su teñidísimo cabello rubio y, especialmente, por sus exageradas curvas, muy al gusto del Hollywood de la época.

El cuerpo de Jayne Mansfield, tapado con una manta junto al accidentado Buick

Un accidente terrible

El 29 de junio de 1967, Mansfield viajaba desde Biloxi (Misisippi), hacia Nueva Orleáns en un Buick Electra 225 junto a su novio, el abogado Sam Brody, y sus tres hijos. En la madrugada, mientras se aproximaban a Slidell (Louisiana), el coche chocó violentamente contra la parte trasera de un camión de carga semirremolque que estaba detenido en la carretera debido a una densa niebla. El impacto fue devastador; de tal forma que el techo del sedán fue arrancado de cuajo, causando la muerte instantánea de Mansfield, Brody y el conductor del coche, Ronnie Harrison.

Minidocumental que relata la horrible muerte de Jayne Mansfield

La cabeza cortada que resultó ser una peluca

La singularidad del accidente y la violencia del mismo, con el techo del Buick arrancado, despertó de inmediato las mentes calenturientas de pseudoperiodistas e informadores que rápido empezaron a hacer correr el bulo que el accidente había sido tan terrible que Mansfield había perdido literalmente la cabeza, que salió volando junto al techo del coche. Como vemos, incluso sin redes sociales las ‘fake news’ ya campaban a sus anchas hace casi 60 años. La realidad es que, si bien es cierto que la actriz murió a causa del terrible golpe en la cabeza de la parte trasera del camión, y aunque su cabeza sí se desgarró parcialmente del cuello, en ningún momento resultó decapitada. Lo que hizo disparar las calenturientas imaginaciones de algunos es que en la escena del accidente se vio una cabellera rubia platino descansando entre los restos del equipaje de Mansfield y su familia. Pero se trataba tan solo de una de las pelucas que componían el ‘atrezzo’ de la actriz.

El Buick mortal de Jayne Mansfield, en exposición permanente en Hollywood

Legado y consecuencias

La muerte de Jayne Mansfield conmocionó al mundo del entretenimiento y a sus muchos seguidores. Su legado como símbolo sexual y actriz con mucho talento para la comedia quedó ensombrecido por su trágica y prematura muerte. Además, el accidente trajo consigo una mayor conciencia sobre la seguridad en carretera, llevando a la implementación de regulaciones para mejorar la visibilidad de los camiones de carga y prevenir accidentes similares.

Impacto cultural y personalidad pública

Mansfield no solo fue conocida por su actuación en el cine, sino también por su personalidad vibrante y su tumultuosa vida privada, con conexiones incluso con la Mafia. Como ya hemos dicho, siempre comparada con Marilyn Monroe por su estilo y presencia, Mansfield navegó por las complejidades de la fama y la atención mediática con altibajos emocionales. Su muerte subrayó los peligros de vivir bajo el escrutinio constante de los medios y la presión de mantener una imagen pública.

La fragilidad de la fama… y de la vida

La muerte de Jayne Mansfield no solo fue un golpe para la industria del entretenimiento, sino también un recordatorio sombrío de la fragilidad de la vida humana y la efímera naturaleza de la fama. A través de su vida y su muerte, Mansfield sigue siendo recordada como un ícono trágico que encapsuló el glamour y las complejidades de una era dorada de Hollywood. En conclusión, la figura de Jayne Mansfield continúa fascinando y conmoviendo a las generaciones actuales, no solo por su belleza y talento, sino también por la manera en que su vida y muerte capturan aspectos esenciales de la experiencia humana: el deseo de éxito, la vulnerabilidad ante el destino y el legado perdurable que dejamos atrás.